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lunes, 11 de noviembre de 2019

¿Qué es la Memoria? (1)

Aunque todos tenemos una idea más o menos clara de qué es la memoria, puede resultarnos útil conocer una definición de memoria un poco más precisa que nos ayude a saber cómo funciona nuestro cerebro y por qué a veces tenemos dificultades para recordar algunas cosas. 

La memoria se puede definir como la capacidad del cerebro de retener información y recuperarla voluntariamente. Es decir, la memoria es lo que nos permite recordar hechos, ideas, sensaciones, relaciones entre conceptos y todo tipo de estímulos que ocurrieron en el pasado. Aunque el hipocampo es la estructura cerebral más relacionada con la memoria, no podemos localizar los recuerdos en un punto concreto del cerebro, sino que está implicada una gran cantidad de áreas cerebrales. Además, esta capacidad es una de las funciones cognitivas más comúnmente afectadas con la edad. 

Afortunadamente, la memoria puede ser entrenada mediante estimulación cognitiva y diversos tipos de juegos mentales. El programa líder en entrenamiento cerebral de CogniFit permite activar y fortalecer nuestra memoria y otras importantes capacidades cognitivas. Sus juegos mentales han sido diseñados para estimular determinados patrones de activación neuronal. La activación repetida de estos patrones cognitivos puede ayudar a fortalecer las conexiones neuronales implicadas en la memoria y establecer nuevas sinapsis capaces de reorganizar y/o recuperar funciones cognitivas más débiles o dañadas. 


Tipos de memoria 
Como ya se puede intuir por la propia definición de memoria, consiste en una función cognitiva extremadamente compleja. No sólo implica una gran cantidad de estructuras cerebrales, sino que también actúa en la mayoría de situaciones cotidianas. Por esto, se han creado diferentes teorías y divisiones acerca de esta habilidad cognitiva. Podemos dividir los tipos de memoria en función de diferentes criterios: 
En función del tiempo que permanece la información en el sistema: En este caso hablaríamos de la memoria sensorial, de la memoria a corto plazo, de la memoria de trabajo y de la memoria a largo plazo. La memoria sensorial retendría la información durante un par de segundos, mientras que, en el polo opuesto, la memoria a largo plazo puede almacenar la información durante un tiempo prácticamente ilimitado. Todos estos tipos de memoria trabajan de manera coordinada para que el sistema funcione correctamente. 

En función del tipo de información: Podemos decir que la memoria verbal se encarga de retener información con contenido verbal (aquello que leemos o las palabras que escuchamos), mientras que la memoria no verbal es la que maneja el resto de información (imágenes, sonidos, sensaciones, etc.). 

En función del órgano sensorial empleado: Dependiendo del sentido estimulado, hablamos de memoria visual (visión), memoria auditiva (audición), memoria olfativa (olfato), memoria gustativa (gusto) y memoria háptica (tacto). 


¿Cuáles son las fases de la memoria?: El proceso de aprender y recordar 
Para recordar lo que hicimos ayer, que es probablemente lo cualquier persona diría si le pedimos que nos diga qué es la memoria, nuestro cerebro ha tenido que llevar a cabo una serie de complejos procesos cognitivos. Cada proceso es necesario para acceder a los recuerdos. De hecho, un fallo en cualquiera de estos procesos, impediría que pudiésemos recordar la información. Las fases por las que tiene que pasar nuestro cerebro para crear un nuevo recuerdo son:

Codificación: En esta fase incorporamos a nuestro sistema de memoria, mediante la percepción, la información que más adelante podremos recordar. Por ejemplo, cuando nos presentan a alguien y nos dicen su nombre. Necesitaremos prestar atención para realizar la codificación. 

Almacenamiento: Para que la información sea duradera, la almacenamos en nuestro sistema de memoria. En el ejemplo anterior, diríamos que nos hemos aprendido el nombre, y podremos asociarlo a la cara del individuo o a otros datos. 

Recuperación: Cuando necesitamos una información pasada, lo que hacemos es acceder al recuerdo almacenado y recuperarlo. Siguiendo el ejemplo, recuperaríamos el nombre de esta persona cuando volvamos a verle el próximo día. 

Ejemplos de memoria

Gracias a la memoria podemos recordar dónde vivimos, el nombre de nuestros padres, la cara de nuestros amigos, qué comimos el día anterior e, incluso, cuál es la capital de nuestro país. 

La memoria nos permite acordarnos de que tenemos una reunión en el trabajo, conocer el nombre de un cliente o sabernos la contraseña del ordenador. 

Estudiar el temario de una asignatura del colegio o de la universidad sería imposible sin nuestro sistema de memoria. También tendríamos problemas para recodar cuándo tenemos un examen o qué actividades teníamos que hacer. 

Cuando estamos conduciendo un vehículo, empleamos nuestra memoria para saber qué recorrido debemos seguir. Además, nos ayuda a recordar dónde hemos aparcado o, simplemente, cómo conducir. 

Recordar cuál es la definición de memoria que hemos visto al principio de este texto también es posible gracias a esta función mnésica. 

La amnesia y otros trastornos asociados a la memoria El estudio de cómo falla esta función cognitiva ha ayudado mucho a conocer qué es la memoria realmente y cómo funciona. La memoria, al ser una función cognitiva tan compleja, puede verse afectada de diferentes formas y por diferentes causas. Por una parte, pueden producirse daños muy específicos debido a la doble disociación de los sistemas de memoria. Esto significa que se puede alterar un sistema, manteniendo otro intacto (por ejemplo, se puede dañar nuestra memoria a largo plazo, permaneciendo intacta nuestra memoria a corto plazo). Por otro lado, la memoria puede alterarse a causa de una enfermedad neurodegenerativa (como las demencias y Alzheimer), por daño cerebral adquirido (traumatismos craneoencefálicos, ictus, infecciones y otras enfermedades), por problemas congénitos (como parálisis cerebral o distintos síndromes), por trastornos psicológicos y del estado de ánimo (como la esquizofrenia, o la depresión y la ansiedad), por el consumo de sustancias (drogas y medicamentos), etc. Además, también pueden encontrarse dificultades en algunos tipos de memoria en trastornos del aprendizaje como el TDAH, la dislexia o la discalculia. 


El tipo de alteración de memoria más habitual consiste en la pérdida de memoria, como ocurre en el Alzheimer. Esta pérdida de memoria es lo que se conoce como amnesia. Las amnesias pueden ser anterógradas (incapacidad de incorporar nuevos recuerdos) y las amnesias retrógradas (incapacidad de acceder a los recuerdos pasados). No obstante, también puede darse una alteración en el contenido los recuerdos (confabulaciones o fabulaciones) o, incluso, hipermnesias. Las confabulaciones, características del Síndrome de Korsakoff, consisten en la invención involuntaria de recuerdos, rellenando con información incorrecta aquello que no recuerdan. Las hipermnesias, por su parte, consisten en el acceso involuntario a vívidos y detallados recuerdos, como ocurre en los flashbacks del trastorno de estrés postraumático, por ejemplo. 

¿Cómo podemos medir y evaluar el estado de nuestra memoria? 
Medir el estado de nuestra memoria es de gran utilidad, pues tiene repercusiones importantes en ámbitos académicos (saber si un niño va a tener dificultades para aprender el contenido de las asignaturas o si necesita algún tipo de ayuda adicional), en ámbitos clínicos (saber si los pacientes pueden recordar qué medicación deben tomar, o si se pueden desenvolver por su entorno sin asistencia), en ámbitos laborales (saber si una persona va a ser capaz de desempeñar un puesto de trabajo concreto) y en nuestro día a día. 

Mediante una completa evaluación neuropsicológica podemos medir de una forma eficaz y fiable la memoria y otras habilidades cognitivas. Para ello, se emplean diversos tests, basados en los clásicos Continous Performance Test (CPT, de Conners), en la prueba de dígitos directos e indirectos de la Wechsler Memory Scale (WMS), en el NEPSY (de Korkman, Kirk y Kemp), en el Test of Variables of Attention (TOVA), en el Memory Malingering (TOMM), en el Test de la Torre de Londres (TOL) y en la Visual Organisation Task (VOT). 

En estos tests, además de medir memoria, también se evalua tiempo de respuesta, velocidad de procesamiento, denominación, percepción visual, monitorización, planificación, escaneo visual y percepción espacial. 

Test Secuencial WOM-ASM: 

En la pantalla aparecen una serie de bolas con diferentes números. Se tendrán que memorizar la serie de números para poder repetirlos posteriormente. En primer lugar, la serie estará compuesta por un solo número, pero irá incrementando progresivamente hasta que se cometa algún error. Habrá que reproducir cada serie de números tras cada presentación. 

Test de Indagación REST-COM: 
Aparecen objetos durante poco tiempo. Después se debe seleccionar la palabra que corresponda con las imágenes presentadas, lo más rápidamente posible. 

Test de Identificación COM-NAM: Se presentarán objetos mediante imagen o sonido. Tendremos que decir en qué formato (imagen o sonido) ha aparecido el objeto la última vez, o si no ha aparecido previamente. 

Test de Concentración VISMEM-PLAN: Aparecerán estímulos posicionados en la pantalla y distribuidos de manera alternativa. Siguiendo un orden, los estímulos se irán iluminando junto con la aparición de un sonido hasta completar la serie. 


Durante la presentación, hay que prestar atención tanto a los sonidos como a las imágenes iluminadas. En el turno del usuario, habrá que recordar el orden de la presentación de los estímulos en el momento oportuno para reproducirlos en el mismo orden que hayan sido presentados. 

Test de Reconocimiento WOM-REST: Aparecen tres objetos en la pantalla. Primero habrá que recordar el orden de presentación de los tres objetos tan rápido como sea posible. Posteriormente, aparecerán cuatro series de tres objetos, algunos de ellos diferentes a los presentados, y habrá que detectar la secuencia inicial en el mismo orden. 

Test de Recuperación VISMEM: Aparecerán imágenes en la pantalla durante aproximadamente cinco o seis segundos. Durante ese tiempo, hay que intentar recordar la mayor cantidad de objetos que aparezcan en la imagen. Agotado ese tiempo, la imagen desaparece y se ofrecen diferentes opciones, entre las que el usuario debe detectar la correcta. 

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