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miércoles, 18 de abril de 2018

Oso Polar, Enciclopedia Animal del Universo.

También conocido como oso blanco, pertenece a las especies de mamíferos más grandes del mundo. Habita en el hemisferio norte de la Tierra y se le considera un gran superdepredador. 

Son considerados mamíferos marinos ya que pasan la mayor parte de su vida en el hielo marino del Ártico. Además de ser excelentes nadadores, pasan más del 50% del tiempo buscando alimento pero menos del 2% de las veces logran atrapar una presa. 
Son animales solitarios que poseen un cuerpo con diversas características para soportar el clima extremadamente frío, su principal fuente de alimento son las focas.

Hay muchas ideas falsas sobre los osos polares. Muchas de ellas se relacionan con la imagen de que estos son animales muy agresivos y que les gusta comer carne humana. Ellos son muy protectores de sí mismos y atacan si se les provoca o se sienten que están en peligro. Todavía hay mucho que no sabemos acerca del oso polar, así que más investigación es necesaria. 

En mayo del 2008 se clasificaron como especie en peligro de extinción en los Estados Unidos bajo el Acta de Especies Amenazadas, debido a que el hielo marino, hábitat indispensable para su sobrevivencia, se está derritiendo como consecuencia del cambio climático. Es una especie que tiene varias amenazas, la primera de ellas es la caza que el hombre ha llevado a cabo con ellos, para proveerse de su carne y piel, por deporte y por la absurda creencia de que es un animal agresivo con los humanos. Pero la caza no es el único problema alarmante, también está el calentamiento global que ocasiona el derretimiento del hielo representando un peligro constante para este y otros animales que viven en el mismo ecosistema, obligando a los osos a retirarse a tierra firme y tomar acciones que cambian por completo su ciclo reproductivo, lo que ha provocado una disminución en los nacimientos. Según datos de WWF solo quedan 20.000 osos polares en el mundo. 

Con la gran contaminación que hay en todo el planeta, el uso de pesticidas y a que las focas principal fuente de alimento de los osos están en unos mares llenos de toxinas, ha provocado abortos, nacimiento de cachorros débiles y enfermos. No obstante, la gran amenaza para los osos polares es el calentamiento global. El deshielo y la pérdida de su hábitat provoca que en muchas zonas se están quedando sin alimentos y, mueren, o bien tengan que emigrar hacia zonas para las cuales no están preparados. Además, hay que añadir que la industria petrolífera se está moviendo hacia el norte, lo que hace que cada vez se esté destruyendo más su hábitat. A pesar de que desde 1973 está prohibida la caza del oso polar si no es como medida de subsistencia, en países como Rusia hay una clara falta de regulación que se convierte en campo abonado para que crezca el furtivismo. 

Si algo está claro es que el oso polar no está en peligro de extinción porque quiera, todas y cada una de las causas que lo han llevado a ese punto tienen al ser humana como punto de unión. Y si el ser humano es el que lo ha llevado al peligro de extinción, solo desde la acción humana se puede salvar esta especie. Obviamente, se requiere de un cambio global a nivel gubernamental, con políticas medioambientales, la prohibición estricta de su caza y la prohibición de explotar las plataformas petrolíferas que se encuentren en su hábitat natural.

Los osos polares seguirán siendo uno de los principales reclamos de Greenpeace para su campaña mundial en pro del Ártico, puesto que es un animal simbólico. No en vano, protegerlos es imposible si no se protege su hogar, y ello significa salvaguardar el Ártico. De nosotros depende, todavía. Es momento de hacer conciencia del daño que estamos haciendo a esta y a muchas especies más, que no se meten con el humano, de que ya hemos perdido unas especies por no saberlas cuidar y preservar, pero en cada uno de nosotros está salvarlas o perderlas dentro de unos años.  

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