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miércoles, 31 de mayo de 2017

Aparato Respiratorio (II)

La verdadera respiración, la respiración celular o catabolismo, precisa de un continuo aporte de oxígeno y la eliminación del bióxido de carbono producido. La incorporación de oxígeno puede presentarse en los animales de cinco maneras diferentes.
· Difusión directa. Consiste en la absorción del oxígeno a través de la superficie celular, que se da solo en organismos de organización sencilla (protozoarios, cnidarios, esponjas). El oxígeno puede incorporarse desde el aire o desde el agua
· Respiración traqueal. El oxigeno es conducido por tubos quitinosos (tráqueas) que se abren en la superficie del cuerpo y se ramifican llegando a todas las células del animal. Es la respiración típica de los insectos.

Este aparato está formado por una serie de tubos, las tráqueas, producidas por invaginaciones del tegumento, en las que el aire entra a través de unos pequeños orificios de la superficie del cuerpo, llamados estigmas.
Las tráqueas se van ramificando y disminuyendo de diámetro, hasta que contactan directamente con las células, donde se realiza el intercambio gaseoso por difusión. No necesitan por tanto, un aparato circulatorio para el transporte de gases.

· Respiración cutánea. El oxigeno es incorporado a través de la piel, tanto desde el aire como desde el agua, como en la lombriz de tierra, la rana


· Respiración branquial. Es propia de animales acuáticos, poseedores de branquias. Estas son láminas de epitelio fino que por un extremo toman el oxígeno del agua y por otro este gas es recogido por los capilares sanguíneos del sistema circulatorio.

Las branquias son proyecciones de la superficie externa del cuerpo o de la capa interna del intestino hacia el exterior del animal, y por tanto, proceden evolutivamente por evaginación.


Hay dos tipos de branquias: externas e internas. Las primeras evolutivamente son más primitivas.


Las branquias externas tienen la ventaja de que su simple movimiento moviliza el agua, pero pueden ser fácilmente dañadas por los agentes externos.

Las branquias internas, están situadas en una cavidad protectora por lo que es necesario un sistema de ventilación de la superficie de intercambio. 

La forma de conseguirlo en los distintos grupos zoológicos es muy variado: cilios, sifones, apéndices variados, movimientos contracorriente, etc.

En los peces, cuyas branquias son siempre internas, se da una asociación entre éstas y una serie de hendiduras, las hendiduras branquiales.


En los peces más evolucionados, que son los peces óseos, las branquias están formadas por unas laminillas muy vascularizadas que se insertan en el arco branquial y están tapadas por el opérculo. El agua penetra por la boca y saldrá por el opérculo, en este trayecto, las branquias toman el O2 disuelto en el agua.


· Respiración pulmonar. Es propia de animales superiores, poseedores de pulmones o sacos huecos rodeados de una red de capilares que recogen el oxígeno incorporado desde el aire.

Los pulmones son invaginaciones de las superficies respiratorias rodeadas de capilares sanguineos. Son bolsas de finas paredes, que sirven para realizar el intercambio gaseoso, para lo que se conectan con el exterior mediante una serie de conductos.



Según se asciende en la escala animal, los pulmones van incrementando su superficie interna, desde los anfibios, cuyos pulmones son sacos sin ninguna tabicación, por lo que complementan esta respiración con la cutánea, hasta llegar a las aves y los mamíferos, cuyos pulmones son los más desarrollados debido a los sacos aéreos de las aves y a los alvéolos en mamíferos.

Estos mecanismos permiten a estos dos grupos de vertebrados un considerable aumento de la superficie respiratoria.

martes, 30 de mayo de 2017

Aparato respiratorio (I)

La RespiraciónEs un proceso involuntario y automático, consiste en tomar oxigeno del aire inspirado se expulsan los gases de desecho con el aire espirado como el dióxido de carbono que se produce en las células.

Tienen tres fases:
Intercambio en los Pulmones.
El transporte de gases.
La respiración en las células y tejidos.

Las Vías Respiratorias
El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Luego, pasa a la faringe, sigue por la laringe y penetra en la tráquea. La Laringe es el órgano donde se produce la voz, contiene las cuerdas vocales y una especie de tapón llamado epiglotis para que los alimentos no pasen por las vías respiratorias.

A la mitad de la altura del pecho se encuentra La tráquea que es un tubo formado por unos veinte anillos cartilaginosos que la mantienen siempre abierta, se divide en dos ramas: los Bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez, en bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000 bronquiolos. 

Los Bronquios y los Bronquiolos son diversas ramificaciones del interior del pulmón, al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se realiza el intercambio de gases con la sangre que tienen a su vez unas bolsas más pequeñas o vesículas pulmonares, están rodeadas de una multitud de capilares por donde pasa la sangre y se purifica y se realiza el intercambio gaseoso.

Los pulmones contienen aproximadamente 300 millones de alvéolos, que desplegados ocuparían una superficie de 70 metros cuadrados, unas 40 veces la extensión de la piel.

Los pulmones son dos masas esponjosas de color rojizo, situadas en el tórax a ambos lados del corazón, el derecho tiene tres partes o lóbulos; el izquierdo tiene dos partes y estan rodeados de una membrana de doble pared llamada La Pleura.

El intercambio en los Pulmones
La respiración cumple con dos fases sucesivas, efectuadas gracias a la acción muscular del diafragma y de los músculos intercostales, controlados todos por el centro respiratorio del bulbo raquídeo. En la inspiración, el diafragma se contrae y los músculos intercostales se elevan y ensanchan las costillas; el aire penetra en los pulmones porque estos se hinchan al aumentar el volumen de la caja torácica penetra aire del exterior para llenar este espacio. 

Durante la espiración, el diafragma se relaja y las costillas descienden y se desplazan hacia el interior. La caja torácica disminuye su capacidad y los pulmones dejan escapar el aire hacia el exterior.

Respiramos unas 17 veces por minuto y cada vez introducimos en la respiración normal ½ litro de aire. El número de inspiraciones depende del ejercicio, de la edad etc. la capacidad pulmonar de una persona es de cinco litros. A la cantidad de aire que se pueda renovar en una inspiración forzada se llama capacidad vital; suele ser de 3,5 litros, y proporciona el oxigeno que el cuerpo necesita y elimina el dióxido de carbono o gas carbónico que se produce en todas las células.

Cuando el aire llega a los alvéolos, parte del oxigeno que lleva atraviesa las finísimas paredes y pasa a los glóbulos rojos de la sangre. Y el dióxido de carbono que traía la sangre pasa al aire, así la sangre venenosa se convierte en sangre arterial esta operación se denomina hematosis.


Eyaculación femenina (I)

Cuando el Comité para la Clasificación de las Películas británico ordenó cortar 12 segundos del filme Cum Queens (Reinas del semen) en 2002, se encontraron con el ataque de un sector inesperado: un grupo de feministas.

El segmento mostraba a algunas actrices eyaculando fluidos durante el orgasmo. El Comité cinematográfico adujo que la eyaculación femenina no existía: las actrices tenían que haber rodado el fragmento orinando. Y orinar sobre un actor está prohibido por el Acta de Publicaciones Obscenas de Reino Unido.

El grupo Feministas Contra la Censura reunió todas las evidencias científicas que encontró para probar que algunas mujeres de hecho eyaculan. El Comité finalmente se echó atrás con respecto a su negación completa del fenómeno, y declaró que la eyaculación femenina era “un asunto controvertido y sujeto a amplio debate”.

Sin embargo, solo fue un paso atrás parcial, ya que dicho Comité insistió en que las escenas en cuestión “no eran más que una micción en toda regla enmascarada como eyaculación”.

La discusión plantea una cuestión interesante. En el siglo XXI, cuando la biología humana ha sido escudriñada hasta el nivel genético, ¿cómo puede seguir abierto a debate el asunto de la eyaculación femenina?

Los libros de medicina no se manifiestan sobre este aspecto de la fisiología femenina, y la mayor parte de los médicos nunca ha aprendido nada al respecto, a no ser que lo experimenten ellas mismas, si son mujeres, o lo observen en sus parejas.

Aunque sigue siendo controvertido, muchos científicos aceptan ahora que algunas mujeres puedan eyacular cierta especie de fluido durante la excitación sexual o el orgasmo. Pero cuestiones como lo común que sea, qué fluido es y si sirve para alguna clase de función son varias de las preguntas más discutidas en la investigación sexual contemporánea.
Y sin embargo, no es orinaMuchos textos históricos, como el Kama Sutra, hablan del fluido femenino, igual que lo hicieron escritores como el médico griego Hipócrates. A veces, dichos escritores puede que se refirieran a las secreciones vaginales normales, que se incrementan durante la excitación sexual.

Sin embargo, hay referencias a algo más parecido a la eyaculación. En el siglo XVII, el médico y anatomista holandés Regnier De Graaf hablaba de: “Líquido que normalmente chorrea de las partes pudendas”.

Durante el pasado siglo, Ernst Gräfenberg, el médico alemán que dio su nombre al controvertido punto G, prestó atención a la eyaculación femenina en un informe publicado en 1950 en The International Journal of Sexology.

“Esta convulsa expulsión de fluidos ocurre siempre en la cúspide del orgasmo y simultáneamente con él”, escribió en la revista, y añadió: “Ocasionalmente, la producción de fluidos es tan profusa que es necesario extender una gran toalla bajo la mujer para evitar que las sábanas se manchen.”

La mayoría de la gente no se tomó el informe en serio, ya que se pensó que Gräfenberg estaba describiendo meramente un tipo de incontinencia. Porque, además, es verdad que unas pocas mujeres experimentan cierta pérdida del control de la vejiga durante el sexo.

lunes, 29 de mayo de 2017

Los niveles de CO2 más alto de toda la historia

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ascendió a un ritmo récord en la historia.
En el 2016, y tal como había sucedido el año anterior, se ha marcando un récord en el registro histórico del Observatorio Atmosférico de la Base Mauna Loa en Hawaii, perteneciente a la agencia estadounidense NOAA, al haber alcanzado la concentración de 405,1 partes por millón (ppm).

En el 2013, se superó por primera vez el umbral de los 400 ppm, y esto ha sido marcado como un hito que requiere de acciones urgentes. Además, según se señaló, en los últimos 10 años, la tasa promedio de aumento ha sido de 2,3 partes por millón, por año.



Si pensamos que, en promedio, los niveles de dióxido de carbono presentes en la atmósfera rondaron las 280 partes por millón hasta la revolución industrial, los niveles alcanzados hasta ahora se vuelven alarmantes. A esto se agrega además que el 2016 fue el año más caluroso de la historia.

Según se ha comprobado, los niveles de dióxido de carbono siguen creciendo y aumentando a gran velocidad. Además, consideremos que el dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante mucho tiempo, generando un efecto acumulativo.

Y además; otro revés de esta problemática en la que pocas veces se repara, es que el dióxido de carbono también es absorbido por los océanos y mares del mundo.


¿Qué produce el dióxido de carbono? El dióxido de carbono es un gas que atrapa calor en la atmósfera y, junto con otros, mantiene las temperaturas aptas para la vida. Pero, en exceso, genera en la atmósfera un desequilibrio y produce que la atmósfera retenga más calor, haciendo que la temperatura media de la Tierra se eleve y vivamos cambios muy bruscos en el clima de nuestra región.

La industrialización, el uso de combustibles fósiles como el petróleo, gas, carbón, la descomposición de materia orgánica en bosques talados y/o quemados, entre otros factores, producen gran cantidad de dióxido de carbono en el aire.

miércoles, 24 de mayo de 2017

El aparato digestivo (III)

Carbohidratos. La Dietary Guidelines for Americans 2005 (que en español significa pautas dietarias de 2005 para los estadounidenses) recomienda que entre el 45 y 65 por ciento de las calorías diarias provengan de carbohidratos. Algunos de los alimentos ricos en carbohidratos son el pan, las papas, los frijoles o guisantes secos, el arroz, la pasta, las frutas y los vegetales. Muchos de estos alimentos contienen al mismo tiempo fécula y fibra.

Los carbohidratos digeribles (fécula y azúcar) se descomponen en moléculas más sencillas por la acción de las enzimas de la saliva, del jugo pancreático y de la mucosa intestinal. La fécula se digiere en dos etapas: primero, una enzima de la saliva y del jugo pancreático lo descompone en moléculas de maltosa; luego una enzima de la mucosa del intestino delgado divide la maltosa en moléculas de glucosa que pueden absorberse en la sangre. La glucosa va por el torrente sanguíneo al hígado, en donde se almacena o se utiliza como fuente de energía para las funciones del cuerpo.

Los azúcares se digieren en un solo paso. Una enzima de la mucosa del intestino delgado digiere la sacarosa, también llamada azúcar común, y la convierte en glucosa y fructosa, cada una de las cuales puede absorberse en el intestino y pasar a la sangre. La leche contiene lactosa, otro tipo de azúcar que se transforma en moléculas fáciles de absorber mediante la acción de otra enzima que se encuentra en la mucosa intestinal.

La fibra no se puede digerir y pasa por el tracto digestivo sin ser transformada por las enzimas. Muchos alimentos contienen fibra soluble e insoluble. La fibra soluble se disuelve fácilmente en agua y adquiere una textura blanda, como un gel, en el intestino. La fibra insoluble, por el contrario, pasa por el intestino casi sin modificación.

Proteína. Los alimentos como carne, huevos y frijoles están formados por moléculas enormes de proteínas que deben ser digeridas por enzimas antes de que se puedan utilizar para producir y reparar los tejidos del cuerpo. Una enzima del jugo gástrico comienza la digestión de las proteínas que comemos. El proceso termina en el intestino delgado. Allí, varias enzimas del jugo pancreático y de la mucosa intestinal descomponen las enormes moléculas en unas mucho más pequeñas, llamadas aminoácidos. Éstos pueden absorberse en el intestino delgado y pasar a la sangre, que los lleva a todas partes del cuerpo para producir las paredes celulares y otros componentes de las células.

Grasa. Las moléculas de grasa son una importante fuente de energía para el cuerpo. El primer paso en la digestión de una grasa como la mantequilla es disolverla en el contenido acuoso del intestino. Los ácidos biliares producidos por el hígado disuelven la grasa en gotitas muy pequeñas y permiten que las enzimas pancreáticas e intestinales descompongan sus grandes moléculas en moléculas más pequeñas. Algunas de éstas son los ácidos grasos y el colesterol. Los ácidos biliares se unen a los ácidos grasos y al colesterol y los ayudan a pasar al interior de las células de la mucosa. En estas células, las moléculas pequeñas vuelven a formar moléculas grandes, la mayoría de las cuales pasan a los vasos linfáticos cercanos al intestino. Estos vasos llevan las grasas modificadas a las venas del tórax y la sangre las transporta hacia los lugares de depósito en distintas partes del cuerpo.

Vitaminas. Otra parte fundamental de los alimentos son las vitaminas, que se absorben en el intestino delgado. Estas sustancias químicas se agrupan en dos clases, según el líquido en el que se disuelven: vitaminas hidrosolubles (todas las vitaminas de complejo B y la vitamina C) y vitaminas liposolubles (las vitaminas A, D E y K). Las vitaminas liposolubles se almacenan en el hígado y en el tejido adiposo del cuerpo, mientras que las vitaminas hidrosolubles no se almacenan fácilmente y su exceso se elimina en la orina.

Agua y sal. La mayoría del material que se absorbe a través del intestino delgado es agua, en la que hay sal disuelta. El agua y la sal vienen de los alimentos y líquidos que consumimos y de los jugos secretados por las glándulas digestivas.

¿Cómo se controla el proceso digestivo?

Reguladores hormonales
Las principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y se liberan a través de las células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas se liberan en la sangre del tracto digestivo, regresan al corazón y por las arterias, y de nuevo hacia el aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el movimiento de los órganos.

Las principales hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistocinina.

La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento celular normal de la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon.

La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. El bicarbonato ayuda a neutralizar el contenido ácido del estómago cuando entran en el intestino delgado. Además estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.

La colecistocinina (“CCK” en inglés) hace que el páncreas produzca las enzimas del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe. También fomenta el crecimiento celular normal del páncreas.

Otras hormonas del aparato digestivo regulan el apetito:

La grelina se produce en el estómago y el intestino delgado y estimula el apetito cuando no hay alimentos en el aparato digestivo.

El péptido YY se produce en el tracto digestivo en respuesta al alimento e inhibe el apetito.

Ambas hormonas actúan sobre el cerebro para regular el consumo de alimentos para obtener energía. Los investigadores están estudiando otras hormonas que pueden participar en la inhibición del apetito, incluidos el péptido 1 similar al glucagón (“GPL-1” en inglés), la oxintomodulina (“OXM” en inglés) y el polipéptido pancreático (“PPY” en inglés).
Reguladores nerviosos

Dos clases de nervios controlan la acción del aparato digestivo.

Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde el cerebro o desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias químicas: la acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos de los órganos digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los alimentos y líquidos a través del tracto digestivo. También hace que el estómago y el páncreas produzcan más jugo digestivo. La adrenalina tiene el efecto opuesto, relajando el músculo del estómago y de los intestinos y disminuyendo el flujo de sangre a estos órganos, retardando o deteniendo la digestión.

Los nervios intrínsecos (de adentro) forman una red muy densa incrustada en las paredes del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. La acción de estos nervios se desencadena cuando las paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los alimentos. Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.

Juntos, los nervios, las hormonas, la sangre y los órganos del aparato digestivo llevan a cabo las tareas complejas de digerir y absorber nutrientes de los alimentos y los líquidos que se consumen todos los días.

martes, 23 de mayo de 2017

Los otros sentidos

En la escuela aprendimos que el ser humano percibe el mundo a través de su cuerpo y mediante 5 sentidos: el olfato, el gusto, la vista, el tacto y el oído. Para todos es habitual identificar el uso de estos sentidos y percibimos como discapacidad la ausencia de alguno. 

Sin embargo, pocos nos hemos detenido a pensar si existen otras formas en las que nuestro organismo interactúa con el entorno. Pero hay estudios neurológicos que afirman que el ser humano puede tener hasta 26 sentidos en lugar de sólo 5. Impulsados por un afán científico algunos neurcientíficos se han sumergido en la búsqueda de diversas formas de percepción propias del ser humano y han encontrado algunas asombrosas como aquella que nos permite sentir dolor o la que nos ayuda a mantener nuestro cuerpo en equilibrio. 

La principal herramienta de búsqueda de nuevos sentidos es la exploración de los ya conocidos, que al ser subdivididos y clasificados según capacidades específicas, llegan a 26. Esta es la lista completa de sentidos según esta teoría (que en total propone que tenemos 26 sentidos):



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Percepción de la luz: es un sub-sentido de la vista.
Percepción del color: es un sub-sentido de la vista que compartimos con algunos animales. No todos vemos los colores de la misma manera, algunas personas poseen la capacidad de distinguir más tonos que otras.

Audición: con este sentido estamos familiarizados. Hace parte del grupo original de 5 sentidos y puede perderse parcial o totalmente.

Olfato: este sentido también hace parte de los 5 que más conocemos. Parece que es uno de los más primitivos que tenemos y está asociado a nuestra capacidad de detectar el peligro y sobrevivir.

Gusto: el gusto es uno de los más placenteros sentidos. Hace parte de los 5 más famosos y se divide en varios sub-sentidos, cada uno con capacidades específicas y funciones concretas.

Percepción del dulce: es el sub-sentido del gusto que desarrollamos más temprano. Venimos predispuestos para saborear el dulce y nuestro cuerpo emite respuestas positivas cuando lo percibimos.

Percepción del salado: es el sub-sentido del gusto que nos permite saborear la mayoría de alimentos que ingerimos. Algunas personas tienen sentido del gusto pero son incapaces de percibir el sabor salado.

Percepción del agrio: es un sub-sentido del gusto. Parace que lo desarollamos especialmente para detectar cuando un alimento es peligroso para nuestro organismo.

Percepción del amargo: es un sub-sentido del gusto. Algunas personas tienen sentido del gusto pero son incapaces de percibir el sabor amargo.

Tacto: todos lo conocemos, pero según esta teoría éste se divide en sub-sentidos como la termopercepción y la nocicepción.
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Nocicepción: es la capacidad de sentir dolor. Para una persona que carece por completo del sentido del tacto, no tener nocicepción puede ser la consecuencia más grave. Imagina que tu cuerpo no te avisara cuando te duele la cabeza, tienes una infección o te quemas. Todos necesitamos sentir dolor para encender las alarmas de respuesta y atacar al agente que nos hiere. Este sentido está asociado con nuestro instinto de supervivencia.

Mecanorrecepción: es nuestra capacidad motora de respuesta. Cuando poseemos este sentido a cabalidad tenemos reflejos agudos y podemos confiar en la respuesta de nuestros músculos.

Equilibrio: es uno de los sentidos más importantes de todos. Es posible carecer de él, por algún tipo de desbalance al interior del oído o en el cerebro. De ser así, es posible que mantengamos el equilibrio para estar de pie, pero se nos dificultará el movimiento. Correr, saltar, bailar o incluso caminar podría volverse todo un reto.

Propiocepción: es la capacidad de percepción del propio cuerpo. La propiocepción es lo que te permite vestirte o bañarte incluso con los ojos cerrados. Aunque no puedas verte o tocarte, de alguna manera sabes qué lugar ocupa tu cuerpo y cómo están distrubuidas sus partes. Si carecieras de este sentido sufrirías de una enorme torpeza y chocarías con todo al caminar.
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Kinestesia: es la percepción del movimiento. De alguna manera nuestro cuerpo tiene la capacidad de percibir y predecir el movimiento, cuando esto sucede estamos usando nuestro sentido kinestésico.

Termocepción: es la percepción de la temperatura, ésta funciona a nivel interno. Puede considerarse este sentido como un sub-sentido del tacto con la función específica de informarnos si nuestra temperatura corporal es sana.
Percepción del frío: nos permite percibir la temperatura exterior y nos alerta para protegernos.

Percepción del calor: al igual que la percepción del frío, nos faculta para captar la temperatura de nuestro entorno avisándonos en caso de que debamos poner una barrera de defensa.

Interocepción: percepción interna del cuerpo relacionada con la sensación del nivel interno de líquidos.

Presión arterial: este sentido nos permite mantener constante y en equilibrio nuestra presión arterial. No lo hacemos de manera consciente (como sucede con todos los demás sentidos), pero nuestro cuerpo tiene la habilidad de regularla.

Contenido de oxígeno en la sangre: este sentido, como el de la presión arterial, responde a una habilidad interna del cuerpo que cumple una función reguladora en el organismo.
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PH líquido cefalorraquídeo: cumple la misma función que los dos sentidos anteriores.

Presión osmótica del plasma: nuestro cuerpo usa este sentido todo el tiempo. Cada vez que alguna sustancia debe traspasar una barrera (atravesar una membrana permeable) en nuestro cuerpo, hacemos uso de la presión osmótica del plasma.

Nivel de glucosa en sangre: este sentido puede perderse parcialmente trayendo consecuencias graves en la salud.

Inflamación de pulmones: este sentido les permite e nuestros pulmones respirar. No podemos vivir con ausencia total de este sentido, porque nos causaría la muerte.

Sinestesia: desarrollado sólo por algunos seres humanos, y considerado por ciertas ramas de la medicina como un desorden perceptivo. Un ser humano con percepción sinestésica puede asociar estímulos que le corresponden a un sentido, con otro sentido. Esto quiere decir que puede percibir un color al escuchar una pieza musical o sentir el gusto ácido de una textura. Lo más cercano a la sinestesia para muchos de nosotros es la asociación que nuestro cerebro hace entre olfato y gusto. Cuando olemos algo podemos imaginar a qué sabe... bueno, cuando puedes asociar de esa manera todos los sentidos a la vez, tienes percepción sinestésica.
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Estos sentidos se diferencian de las funciones biológicas de órganos y sistemas porque se activan en determinados momentos y en función de una necesidad específica. Son formas de percepción y regulación. Ahora que los conoces puedes hacer consciencia de algunos de ellos cuando los estés usando y disfrutar de la increíble mecánica de tu organismo.

lunes, 22 de mayo de 2017

El aparato digestivo (II)

¿Cómo se digieren los alimentos?

La digestión comprende la mezcla de los alimentos, su paso a través del tracto digestivo y la descomposición química de las moléculas grandes en moléculas más pequeñas. Comienza en la boca, cuando masticamos y comemos, y termina en el intestino delgado.
Paso de los alimentos a través del aparato digestivo

Los órganos grandes y huecos del tracto digestivo poseen una capa muscular que permite que sus paredes se muevan. El movimiento de estas paredes puede impulsar los alimentos y los líquidos, y mezclar el contenido dentro de cada órgano. Los alimentos pasan de un órgano a otro mediante un movimiento muscular que se llama peristaltismo. La acción del peristaltismo se parece a la de una ola del mar moviéndose por el músculo. El músculo del órgano se contrae estrechándose y después mueve lentamente la porción contraída hacia la parte inferior del órgano. Estas ondas alternadas de contracciones y relajaciones empujan los alimentos y los líquidos a través de cada órgano.

El primer movimiento muscular importante ocurre cuando ingerimos alimentos o líquidos. Aunque el ingerir es parte de un proceso voluntario, en cuanto empieza se vuelve involuntaria y pasa a estar bajo el control de los nervios.

Los alimentos que acabamos de ingerir pasan al siguiente órgano que es el esófago, que conecta la garganta con el estómago. En la unión del esófago y el estómago hay una válvula en forma de anillo llamada válvula pilórica que cierra el paso entre los dos órganos. Sin embargo, a medida que los alimentos se acercan al anillo cerrado, los músculos que lo rodean se relajan y permiten el paso al estómago.

El estómago debe realizar tres tareas mecánicas. Primero, debe almacenar los alimentos y los líquidos ingeridos. Para ello, el músculo de la parte superior del estómago debe relajarse y aceptar volúmenes grandes de material ingerido. La segunda tarea es mezclar los alimentos, los líquidos y el jugo digestivo producido por el estómago. La acción muscular de la parte inferior del estómago se encarga de esto. La tercera tarea del estómago es vaciar su contenido lentamente en el intestino delgado.

Varios factores afectan el proceso de vaciar el estómago, como el tipo de los alimentos y el grado de actividad muscular del estómago y del intestino delgado. Los carbohidratos, por ejemplo, son los que pasan la menor cantidad de tiempo en el estómago, mientras que las proteínas permanecen más tiempo, y las grasas son las que pasan la mayor cantidad de tiempo. A medida que los alimentos se digieren en el intestino delgado y se disuelven en los jugos del páncreas, el hígado y el intestino, el contenido intestinal se va mezclando y avanzando para facilitar la digestión posterior.

Finalmente, todos los nutrientes digeridos se absorben a través de las paredes intestinales y se transportan a todo el cuerpo. Los productos de desecho de este proceso comprenden partes no digeridas de los alimentos, conocidas como fibra, y células viejas que se han desprendido de la mucosa. Estos materiales son impulsados hacia el colon, donde permanecen hasta que se expulsa la materia fecal durante la deposición.

La producción de los jugos digestivos
Las glándulas digestivas que actúan primero son las glándulas salivares de la boca. La saliva que producen las glándulas contiene una enzima que comienza a digerir el almidón de los alimentos y lo transforma en moléculas más pequeñas. Una enzima es una sustancia que acelera las reacciones químicas en el cuerpo.

El siguiente grupo de glándulas digestivas está en la membrana que tapiza el estómago. Éstas producen ácido y una enzima que digiere las proteínas. Una gruesa capa de moco tapiza la mucosa y evita que la acción acídica del jugo digestivo disuelva el tejido del estómago. En la mayoría de las personas, la mucosa estomacal puede resistir el jugo, a diferencia de los alimentos y de otros tejidos del cuerpo.

Después de que el estómago vierte los alimentos y su jugo en el intestino delgado, los jugos de otros dos órganos se mezclan con los alimentos para continuar el proceso. Uno de esos órganos es el páncreas, cuyo jugo contiene un gran número de enzimas que descomponen los carbohidratos, las grasas y las proteínas de los alimentos. Otras enzimas que participan activamente en el proceso provienen de glándulas en la pared intestinal.

El segundo órgano, el hígado, produce la bilis, otro jugo digestivo. La bilis se almacena en la vesícula biliar entre las comidas. Cuando comemos, la bilis sale de la vesícula por las vías biliares al intestino y se mezcla con las grasas de los alimentos. Los ácidos biliares disuelven las grasas en el contenido acuoso del intestino, casi del mismo modo que los detergentes disuelven la grasa de una sartén. Después de que las grasas se disuelven, las enzimas del páncreas y de la mucosa intestinal las digieren.

Absorción y transporte de los nutrientes
La mayoría de las moléculas digeridas de los alimentos, y el agua y los minerales provenientes de la dieta se absorben a través del intestino delgado. La mucosa del intestino delgado contiene muchos pliegues cubiertos de proyecciones diminutas llamadas vellosidades. Éstas sucesivamente están cubiertas de proyecciones microscópicas llamadas microvellosidades. Estas estructuras crean una superficie amplia a través de la cual se pueden absorber los nutrientes. Hay células especializadas que permiten que los materiales absorbidos atraviesen la mucosa y pasen a la sangre, que los distribuye a otras partes del cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas. Esta parte del proceso varía según los diferentes tipos de nutrientes.

viernes, 19 de mayo de 2017

El aparato digestivo (I)

El aparato digestivo está formado por el tracto digestivo, una serie de órganos huecos que forman un largo y tortuoso tubo que va de la boca al ano, y otros órganos que ayudan al cuerpo a transformar y absorber los alimentos.

Los órganos que forman el tracto digestivo son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso (también llamado colon), el recto y el ano. El interior de estos órganos huecos está revestido por una membrana llamada mucosa. La mucosa de la boca, el estómago y el intestino delgado contiene glándulas diminutas que producen jugos que contribuyen a la digestión de los alimentos. El tracto digestivo también contiene una capa muscular suave que ayuda a transformar los alimentos y transportarlos a lo largo del tubo.
Otros dos órganos digestivos “macizos”, el hígado y el páncreas, producen jugos que llegan al intestino a través de pequeños tubos llamados conductos. La vesícula biliar almacena los jugos digestivos del hígado hasta que son necesarios en el intestino. Algunos componentes de los sistemas nervioso y circulatorio también juegan un papel importante en el aparato digestivo.



¿Por qué es importante la digestión?

Cuando comemos alimentos como pan, carne y vegetales, éstos no están en una forma que el cuerpo pueda utilizar para nutrirse. Los alimentos y bebidas que consumimos deben transformarse en moléculas más pequeñas de nutrientes antes de ser absorbidos hacia la sangre y transportados a las células de todo el cuerpo. La digestión es el proceso mediante el cual los alimentos y las bebidas se descomponen en sus partes más pequeñas para que el cuerpo pueda usarlos como fuente de energía, y para formar y alimentar las células.


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jueves, 18 de mayo de 2017

Manzanas

Se la conoce como “la fruta del pecado” por lo ocurrido con Adán y Eva. Sin embargo, esta delicia natural tiene mil y una propiedades. 

Un estudio del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Comer una manzana al día es bueno para nuestro organismo y nos previene de muchas enfermedades; sin embargo, la consulta con el profesional y los chequeos anuales no se pueden quitar de nuestras agendas.

Para llegar a esta conclusión se realizó un experimento en 8400 personas, de las cuales el 10% ingería una manzana a diario. Este fue el porcentaje también de pacientes que no debieron consumir casi ningún medicamento en el lapso de un año (periodo de duración de la investigación).


Según el Director del equipo, Matthew Davis, de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Michigan, el consumo de manzanas no estuvo relacionado con otros marcadores como, por ejemplo, la cantidad de visitas anuales al médico.

Otras de las conclusiones sobre el consumo de esta fruta es que aquellos que ingerían una pieza de manzana al día eran menos propensos a fumar y tenían niveles más altos de educación e inteligencia. Consumir esta fruta puede ser una señal de un modo de vida más saludable. Esto se debe a que la manzana es una buena fuente de vitamina C, fibra soluble y flavonoides.

Puede tomarse como postre, en el desayuno, como snack a media mañana, cuando sentimos ansiedad o hambre, para antes de dormir o previo a hacer deporte. No aporta cantidades significativas de calorías o azúcares y se puede consumir a cualquier edad.
Razones para comer una manzana al díaHidrata nuestro cuerpo por su alto contenido de agua (alrededor del 80% de su composición).
Es diurética, reduce la acumulación de líquidos, los calambres en los miembros inferiores (piernas y pies) y la presión arterial elevada, debido a su gran cantidad de potasio.

Entre sus vitaminas, cuenta con las del grupo E, conocidas por ser fuertes antioxidantes.
Al contar con fibras solubles e insolubles, puede ser empleada tanto en personas con estreñimiento como con diarrea. En el primer caso es preciso consumirla cruda y con cáscara y en el segundo, asada o en forma de compota.

La cáscara de la manzana tiene pectina. Esta fibra protege la mucosa intestinal. Si la lavas bien antes de comer, no tendrás que pelarla para disfrutar de todos los beneficios a nivel digestivo. Además, varios estudios revelan que la pectina tiene un papel decisivo para evitar ciertos tipos de cáncer como, por ejemplo, el de colon.

El secreto de la manzana y sus bondades está en sus sustancias fitoquímicas que, además de prevenir el cáncer, como ya se indicó antes, ayudan a reducir los niveles de azúcar y grasas en sangre. Por lo tanto, es aconsejable que los diabéticos y personas con colesterol consuman, al menos, dos manzanas al día. Esta fruta permite depurar y limpiar la sangre.

Uno de los fitoquímicos de la manzana es la quercetina, que permite prevenir los problemas cardiovasculares, las enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, el asma y hasta las contracturas musculares.

La manzana, a su vez, tiene ácidos como el tartárico y el málico, que ayudan a digerir mejor las grasas que consumimos. Por ello se aconseja comer esta fruta como postre luego de una ingesta copiosa, ya sea al mediodía o por la noche. Además, no permite que la glucosa aumente rápidamente después de las comidas.

Es perfecta para las personas que están haciendo dieta o que sufren de algún trastorno de ansiedad por la comida. Esto es así porque la manzana sacia nuestro apetito y evita que comamos de más. Puedes ingerir la cantidad que quieras al día sin restricción, ya que te ayudará a bajar de peso y sentirte con más energía (pero que no sea lo único que comes en todo el día).

La manzana aumenta las capacidades cognitivas debido a su aporte de azúcares beneficiosos para nuestro cerebro. Podría decirse que comer una fruta antes de ir a clases o de estudiar para un examen es como la espinaca de Popeye. Las capacidades mentales aumentarán, seremos más productivos, incorporaremos más cantidad de información, recordaremos más datos y podremos rendir más en cualquier ámbito.

Si tenemos que elegir la manzana más saludable o beneficiosa, sin dudas, la roja es la que se gana el primer premio. Esto no quiere decir que las demás no sean buenas para nuestra salud, sino que la de color rojizo (como la de Adán y Eva o la de Blancanieves) tiene más cantidad de antioxidantes.

Al ser de fácil transporte, se puede comer en cualquier sitio, lo que la convierte en el snack saludable ideal para la escuela, la oficina, la playa, el picnic, la universidad o donde sea que vayamos. Se lleva en cualquier bolso sin problemas (recuerda lavarla antes de salir de casa y arrojar el corazón en un cesto).

¿Todavía te quedan dudas sobre las bondades de la manzana? Sal corriendo al mercado y compra varios kilos, ¡así todos en tu familia tendrán, al menos, una al día a disposición!

El joven que combate el cáncer de mama

Muchas veces, las mejores ideas o incluso descubrimientos científicos tienen nacen por algún sentimiento profundo que se originó en la infancia de su autor.

Éste es el caso de Julián Ríos Cantú, un joven estudiante de Monterrey de solo 18 años de edad. Este joven mexicano tenía solo cinco años cuando a su madre le diagnosticaron cáncer de seno. 

Aunque ella pudo recuperarse, la enfermedad regresó ocho años después, cuando Julián era un adolescente.

En esa ocasión, su madre recibió un mal diagnóstico que casi le cuesta la vida. A partir de esa experiencia, este joven supo que quería dedicarse a buscar una cura para esa enfermedad, o una forma práctica y eficiente de diagnóstico.


Su oportunidad de volver realidad ese sueño llegó cuando tuvo que pensar un proyecto final para terminar sus estudios en la preparatoria del Tec de Monterrey.

El proyecto de Julián fue un brasier de color rosa llamado EVA, que en su interior alberga aproximadamente 200 biosensores que ayudan a detectar el cáncer de mama mediante la temperatura de los senos.

El sostén ganó el Premio Global del Estudiante Emprendedor (GSEA, pos sus siglas en inglés), que le fue entregado días atrás en Frankfurt, Alemania.

¿Cómo funciona?El dispositivo, que en México ya ganó otros premios y que será utilizado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, funciona detectando aumentos de temperatura localizados que podrían indicar tumores en el seno.

El sostén funciona gracias a un principio que indica que, cuando se tiene un tumor, se produce un exceso de calor en el área donde se ubica, porque hay un mayor flujo de sangre.

El prototipo de este dispositivo se empezará a utilizar como parte de una prueba piloto en clínicas del IMSS en Pachuca, donde unas 600 mujeres se harán la prueba y ayudarán a perfeccionar el algoritomo que permite hacer la interpretación de datos y realizar el diagnóstico.

El sostén hace una lectura de la zona y envía los resultados 60 ó 90 minutos después, a través de un celular inteligente.

Julián no desarrolló el dispositivo solo, sino que trabajó con otros 10 jóvenes. Ellos también tuvieron experiencias cercanas con el cáncer de mama que los llevaron a interesarse por encontrar nuevas soluciones para su temprana detección.

miércoles, 17 de mayo de 2017

La primera computadora del mundo

La primera "computadora" de la Historia, construida en el siglo I a.C. y utilizada con fines astronómicos y calendáricos.

Tras años de investigación, el año pasado un grupo de científicos difundió importantes logros en su trabajo entender mejor los fragmentos de este aparato, hallado en 1900 en la isla griega de Symi, en el archipiélago del Dodecaneso. Lo lograron al recurrir un tomógrafo especial, fabricado en el Reino Unido exclusivamente para su investigación.

Con ayuda de ese tomógrafo, los expertos pudieron leer los textos escritos con letras de tan solo dos milímetros de tamaño, incrustadas en las partes laterales del cajón de madera que constituye el mecanismo de Antikythera.

Gracias a esta lectura el equipo de científicos de las universidades de Atenas, Salónica, Cardiff y Nueva York pudieron hacer una descripción completa del funcionamiento del mecanismo, entender su finalidad y ver cuáles son las partes que todavía no se han recuperado de este artilugio.

"Sabemos que el mecanismo incluía un planetario completo que aún no ha sido hallado", explicó a la agencia de noticias EFE Yanis Bitsakis, físico y especialista en Historia de las Ciencias.

Según Bitsakis, ya no cabe duda de que el aparato había sido fabricado para explicar el universo, según el conocimiento astronómico de su época.

En la parte frontal del mecanismo --un cajón de madera de 33 centímetros de altura, 18 de anchura y 8 de profundidad-- había dos círculos, uno para el zodíaco y otro para el calendario egipcio.

En la parte lateral había un botón que al girarlo ponía a funcionar una treintena de engranajes colocados sobre diez ejes que accionaban a su vez las manecillas de los dos círculos.

Mediante este mecanismo y a partir de las posiciones planetarias en un momento concreto se podían predecir eclipses solares y lunares con hasta 19 años de antelación.

El profesor de Física de Universo Xenofón Musás explicó que "un sistema de cuatro engranajes permitía que los cinco planetas girasen alrededor del sol que a su vez giraba alrededor de la tierra".

Según Musás, en el mecanismo de Antikythera y en sus inscripciones está todo el conocimiento en materia de física, ingeniería, astronomía y matemáticas del siglo I a.C.

El constructor y el propietario del mecanismo no han sido identificados pero el aparato sí ha dado información sobre ellos.

"Para fabricarlo era necesario un muy buen conocimiento de ingeniería y de astronomía, inimaginable tratándose de un periodo situado 1.700 años antes de la revolución científica de los siglos XVI y XVII", destacó el profesor emérito de Astrofísica de la universidad de Cardiff, Mike Edmunds.

Además, los nombres de los meses en la parte frontal están escritos en el dialecto de la ciudad de Corinto, lo que hace suponer que el fabricante o el propietario era originario de esta ciudad o de alguna de sus colonias situadas en las costas de Epiro, en el mar Jónico.

La posibilidad de alguna relación con Epiro se refuerza por la mención --además de los juegos de Olímpicos, los Nemeos, los Ístmicos y los Píticos, donde participaban todas las ciudades del mundo heleno-- de unos juegos locales, los del oráculo de Dodoni.

La mención de otros juegos locales de la isla de Rodas permite suponer también alguna relación con ella.

El mecanismo fue hallado en 1900 por buzos colectores de esponjas originarios de la isla de Dodecaneso Symi.

La primera operación de rescate fue organizada en 1901 y 1902 por Valerios Stais, que fue el primero en considerar que se trataba de un aparato astronómico.

martes, 2 de mayo de 2017

Arenque

Una prodigiosa reserva alimenticia

De entre todos los peces marinos, el arenque es el más importante, tanto por el valor mercantil que representa para las pesquerías, como por el número absoluto de individuos. Los especialistas piensan que es el pez más abundante y se estima en más de tres billones el número de arenques que se pescan cada año, lo cual constituye una cifra fabulosa. 

Pez sociable por excelencia, el arenque, del que se conocen varias especies diferentes, vive en bancos enormes. Es un pez típicamente pelágico, es decir, que pasa todo el tiempo y toda su vida lejos de la costa, en alta mar, nadando constantemente cerca de la superficie. 

Su régimen alimenticio consiste en plancton y sólo se le encuentra en aguas más bien frías y ricas en microorganismos. 

Los bancos de arenques cuentan con varios centenares de miles de individuos, cada uno de los cuales ocupa un lugar definido respecto a los demás; casi siempre la cabeza de un arenque se encuentra a la altura del costado de su vecino, es decir, a medio cuerpo, aunque también se da el caso de que naden en filas cerradas, a la misma altura, cabeza con cabeza. 

Este pez prospera en aguas con temperatura de 6°a 15 ° C y evita el agua más caliente. Por esta razón, efectúa migraciones estacionales. Desde la antigüedad, ha sido tal la importancia de la pesca del arenque que muchas ciudades costeras fueron construidas para servir como bases de pesca. Carlomagno fundó Hamburgo en el año 809 y los normandos, descendientes de los vikingos, fundaron Ostende, Dunquerque, Etaples, Dieppe y Fécamp.

Grupo: Vertebrados
Clase: Osteictios
Familia: Clupeidos
Género y especie: Clupea harengus (arenque del Atlántico)

lunes, 1 de mayo de 2017

Sistema Nervioso (II)

El sistema nervioso está formado por el tejido nervioso. Éste consta de dos tipos celulares básicos: las neuronas y las células de la glía. El SN humano posee alrededor de un billón de neuronas y de 10 a 50 veces más células gliales.

Las neuronas son las células principales del tejido nervioso y las unidades anatómicas y funcionales del sistema. En las neuronas, la irritabilidad o capacidad de responder a estímulos, que es una propiedad universal en los seres vivos, alcanza su máximo desarrollo. La “información” que circula por el sistema nervioso lo hace a través de las neuronas. La información, también llamada “impulso nervioso” es de naturaleza eléctrica.

Las propiedades de las neuronas que les posibilitan cumplir su función son:
- Excitabilidad: generan un impulso nervioso ante un estímulo.
- Conducción: propagan el impulso nervioso a lo largo de su membrana.
- Transmisión: se comunican con otras neuronas o células efectoras, en las cuales desencadenan un nuevo impulso. La comunicación de una neurona con otra o con un efector se denomina sinapsis.

Muchas veces el impulso nervioso se ha comparado con una corriente eléctrica. Así como la corriente eléctrica que viaja por los cables de un sistema eléctrico tiene siempre la misma naturaleza, el impulso nervioso que provoca un movimiento muscular es de la misma naturaleza que el que nos permite oír. La diferencia no está en el impulso, está en las conexiones.

El impulso nervioso no es exactamente una corriente eléctrica; ya aclararemos de qué se trata. Las conexiones del sistema nervioso son también más complejas que las de un sistema de cables eléctricos; sin embargo, la analogía es válida como una primera aproximación.


Estructura de la neurona
Las neuronas tienen diferentes formas y tamaños. No obstante, en todas las neuronas se pueden distinguir las mismas zonas, adaptadas a funciones específicas.

Una neurona presenta un cuerpo neuronal y procesos o prolongaciones de dos tipos: dendritas y axón.

Las dendritas se extienden desde el cuerpo neuronal y se ramifican extensamente. Son, generalmente (aunque no siempre), la zona por donde una neurona recibe la información. En la superficie de las dendritas hay unas excrecencias llamadas espinas, donde se realizan los contactos sinápticos. El número y el tamaño de las espinas cambian, tanto durante el desarrollo embrionario como a lo largo de la vida; estos cambios están relacionados con la actividad de las neuronas y son la “huella” morfológica de cambios funcionales.

El cuerpo neuronal, también llamado soma o pericarion, contiene el núcleo. En el cuerpo neuronal se encuentran importantes cantidades de un material, la sustancia de Nissl, que corresponde a los ribosomas y al REG. También el aparato de Golgi se halla bien desarrollado. El pericarion concentra casi toda la actividad biosintética de la neurona y de esta actividad depende asimismo la mantención de las prolongaciones, cuya extensión supera ampliamente la del cuerpo celular.

El cono axónico es la región del soma de donde se origina el axón. El axón es una prolongación única, cuyo extremo o telodendrón se divide en ramas terminales, los botones sinápticos. En los botones sinápticos se acumulan las vesículas sinápticas, que almacenan los neurotransmisores. Éstos son señales químicas que participan en la comunicación intercelular o sinapsis. Cuando una neurona es excitada, el impulso nervioso se propaga hasta el axón y desde allí se liberan los neurotransmisores.

Tanto en la construcción como en el mantenimiento de su estructura, el citoesqueleto de las neuronas cumple un papel fundamental. Cuando las neuronas se originan, durante el desarrollo embrionario, migran hacia sus localizaciones definitivas valiéndose de los filamentos de actina. Una vez allí, comienzan a crecer sus axones y dendritas. Cada una de estas prolongaciones se extiende a partir de un cono de crecimiento que avanza gracias a las estructuras que forma la actina en su interior. El resto de la dendrita o el axón va detrás del cono de crecimiento. Los conos de crecimiento son guiados por señales químicas de la matriz extracelular o moléculas secretadas por otras células, que los atraen o repelen, determinando así la dirección del crecimiento. Los microtúbulos se organizan en el cono de crecimiento, reforzando la decisión direccional tomada por las estructuras ricas en actina en el frente de avance.

En los axones, los microtúbulos se disponen todos en la misma dirección (con sus extremos más hacia el telodendrón) formando haces que se van superponiendo y determinan una verdadera pista de transporte a lo largo del axón.

Sobre los microtúbulos, las proteínas motoras transportan vesículas sinápticas, mitocondrias y otras proteínas empacadas en vesículas, desde el cuerpo a la terminal axónica. Este tipo de transporte se denomina anterógrado. La quinesina es la proteína motora que se asocia a los microtúbulos en el transporte anterógrado.
También hay un transporte retrógrado, desde las terminales al soma, en el cual interviene la proteína motora dineína. De esta forma retornan al cuerpo celular algunas vesículas sinápticas para su reciclaje y ciertos materiales endocitados en el extremo del axón.
En las dendritas, los microtúbulos se ubican en paralelo, pero con sus polaridades mezcladas.
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Las proteínas motoras asociadas a MT, quinesina y dineína, ejecutan movimientos como "pasos" sobre los MT, transportando vesículas y otras organelas, con gasto de energía. Los receptores son moléculas que median la unión de la organela a la proteína motora. La quinesina se desplaza hacia el extremo más y la dineína hacia el extremo menos del MT.

Los otros componentes del citoesqueleto también contribuyen a la arquitectura y la función de las neuronas. Los filamentos de actina y sus proteínas motoras se encuentran por debajo de la membrana plasmática. Los neurofilamentos (filamentos intermedios propios del tejido nervioso) son el soporte estructural más importante de los axones.

Las neuronas son células metabólicamente muy activas. En el adulto, en condiciones normales, utilizan exclusivamente la glucosa como combustible y son muy sensibles a la hipoglucemia (descenso de la glucosa sanguínea), pues carecen de depósitos y dependen del suministro de glucosa a través de la sangre. Pese a representar tan solo el 2,5 % del peso corporal, consumen el 60% del total de glucosa y el 20% del total del oxígeno utilizados en condiciones de reposo. De allí que un bloqueo vascular, aun de pocos minutos, puede causar un daño irreversible en el cerebro.
Después del período embrionario, las neuronas ya no se dividen, permaneciendo en período Go de la interfase. La división celular haría que se perdiesen la información almacenada y los nuevos contactos funcionales que las neuronas desarrollan a lo largo de la vida.

Aunque experimentos recientes muestran que si hay una regeneración de células nuevas en ciertas zonas

Desde el punto de vista morfológico, las neuronas se clasifican en:

• Unipolares: el axón y la única dendrita nacen del mismo polo celular.

• Bipolares: el axón y la dendrita nacen de polos opuestos del cuerpo celular.

• Multipolares: poseen un cuerpo estrellado, con numerosas dendritas.

Desde el punto de vista funcional, las neuronas son:

• Sensitivas,

• Motoras, o

• De asociación: también llamadas interneuronas, conectan a las neuronas sensitivas con las motoras.