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lunes, 4 de julio de 2016

La moringa

La moringa es una planta originaria de la India, pero cultivada a través de todo el mundo. La especie más popular es Moringa oleífera, árbol original de Kerala, pero que se cultiva también en los trópicos. Es un árbol de crecimiento rápido, que en algunos casos puede sobrepasar los 10 metros de altura. Los usos de la moringa varían ampliamente con cada parte del árbol que se utiliza. Hojas, flores, vainas de semillas y raíces se pueden usar para la alimentación, la salud y para cocinar.




Algunos beneficios del consumo de la moringa son:

Incrementa las defensas naturales del cuerpo.
Promueve la estructura celular del cuerpo.
Controla de forma natural los niveles de colesterol sérico.
Reduce la aparición de arrugas y líneas finas.
Promueve el funcionamiento normal del hígado y el riñón.
Embellece la piel.
Proporciona energía.
Promueve una correcta digestión.
Actúa como antioxidante.
Proporciona un sistema circulatorio saludable.
Es un anti-inflamatorio.
Produce una sensación de bienestar general.
Regula los niveles normales de azúcar en la sangre.




Esta planta presenta un alto contenido de proteínas, vitaminas, minerales y una gran cantidad de antioxidantes que le confieren cualidades sobresalientes en la nutrición y salud humana. Uno de los más interesantes usos que se le da a la moringa es en proyectos para prevenir la inanición en los países en vías de desarrollo debido al beneficio nutricional y al grado de proteínas, hierro y otros aminoácidos esenciales que posee. Además ayuda a prevenir problemas de salud y otras deficiencias dietarias.

Puedes tomar moringa en polvo, por ejemplo mezclándolo con jugo de naranja al desayuno para comenzar tu día. Aunque su sabor no es muy fuerte, más de media cucharada puede afectar el gusto, así que intenta con menos cantidad. Si el sabor es un problema, puedes agregarle miel, limón o dátiles. También puedes tomar media cucharadita con cereal o avena. No se necesita más de media cucharada al día para darle los nutrientes necesarios al cuerpo, así que no te fuerces a tomar de más.


Otra opción es espolvorearlo en tu ensalada o tus comidas una vez que ya estén cocinadas para aumentar las propiedades nutricionales de tus alimentos. ¡No cocines el polvo de moringa, o podrías disminuir sus valores nutrimentales!


Si lo que tienes son hojas de moringa, puedes agregarlas al agua caliente para hacer té. Para esto debes colar el polvo a través de una tela o gasa si no cuentas con bolsitas para té, de esta manera las hojas se mantendrán atrapadas y los nutrientes se diluirán en el agua. No hiervas las hojas de moringa junto con el agua, ya que estas pueden perder nutrientes con el exceso de calor.

Recuerda que no puedes forzar los procesos de tu cuerpo, así que no tomes moringa por querer reparar tu organismo de manera rápida. Tómala regularmente como parte de tu dieta y deberías obtener los beneficios de esta maravillosa planta. Además, consulta a tu médico, ya que la moringa puede resultar muy fuerte para algunas personas, como embarazadas, hipoglucémicos y personas con colesterol alto, entre otras.

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