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viernes, 7 de marzo de 2014

Mexicanos hallan fuente de la eterna juventud

Enviado por Eduardo Miranda
Investigadores del Cinvestav descubren los genes de la longevidad.



Los investigadores encontraron la red de interacción genética que condiciona el envejecimiento.

Uno de los sueños más anhelados de la humanidad es encontrar la "fuente de la eterna juventud". En diferentes culturas y regiones del mundo hay historias que la describen como ríos o un manantial, y quien toma de sus aguas rejuvenece. Sin embargo, en el mundo de la ciencia, esta fuente no es un lugar mítico y podría estar escondida en nuestros genes.

Ahora, un grupo de investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) en Irapuato han encontrado genes relacionados con el aumento de la longevidad o los años de vida.

¿Por qué envejecemos? Fue la pregunta que se plantearon Alexander de Luna Fors y Erika Garay, expertos del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), y tras tres años de investigación hallaron los genes que controlan el envejecimiento celular, en especial, los denominados SWR1 y ARV1.

El primero, que posibilita que la célula pueda vivir más tiempo cuando tiene pocos nutrientes; y el segundo es un gen antilongevidad que mediante la autofagia, proceso en las que la células se comen a sí mismas por la falta de nutrientes, se encarga de eliminar la basura que ocasiona el envejecimiento celular.

Para su investigación utilizaron cultivos de levadura Saccharomyces cerevisiae, este organismo unicelular comparte funciones con las células humanas; nacen, crecen, se reproducen y mueren, además por ser unicelulares son muy simples de modificar genéticamente. En sus resultados encontraron que de sus 6 000 genes, 14% contribuyen a regular su longevidad, así como sus interacciones entre sí.

"Sabemos que el medio ambiente también influye en el envejecimiento, pero buscábamos completar un catálogo de todos los factores que influyen en la esperanza de vida de una célula, pero al mismo tiempo poder determinar las interacciones que hay entre esos genes, pues una cosa es saber cuáles son y otra como trabajan en conjunto", explicó Alexander de Luna.

El hallazgo de estos genes aporta nuevas claves a lo que sabía del envejecimiento, por ejemplo la relación con el acortamiento de estructuras en la punta de los telómeros. Estas partes de ADN van acortándose de manera natural con el paso del tiempo, ya que que cada vez que una célula se divide, una porción del telómero no se replica, y este puede sufrir reducciones relacionados con el envejecimiento, explicó el investigador.

Refirió que en México y en otros países de América, por sus dinámicas poblaciones y demográficas, el envejecimiento es extremo. Actualmente poco más del 20% de la población es mayor a 65 años y dentro de 40 años este sector llegará al 50%", advirtió el investigador del Cinvestav.






¿Dónde los encontraron?
La levadura ayuda a conocer las células humanas, aunque es un organismo unicelular, pasa por varios procesos de desarrollo como las células humanas, nacen, crecen, se reproducen y envejecen. Sus 6 mil genes, cinco veces menor que el código genético humano, realiza las mismas funciones, como la absorción de proteínas, nutrientes y lípidos.

En sus mapa genético los investigadores encabezados por Alexander de Luna y Erika Garay encontraron que 260 de sus genes favorecen el envejecimiento, esto quiere decir, que si los quitan pueden vivir más, y 526 de estos genes aumentan la longevidad.

Para llegar a sus resultados trabajaron con una colección de 4, 900 células de levadura Saccharomyces cerevisiae a las que se les eliminó uno de sus genes y se midió el tiempo de vida, que en promedio es de 20 días aproximadamente.

"Los resultados fueron sorprendentes al descubrir que algunas células podrían vivir hasta 240 días, 10 veces más que su esperanza de vida promedio", explicó de Luna.

"Esto significa que estábamos ante un factor de envejecimiento, de modo que cuando se elimina un gen, la célula vive más. El SWR1 fue uno de los genes donde mejor se mostró este efecto", detalló.

Dejo claro, que esto no significa que los humanos vayamos a vivir 800 años, pero sí se podría detener la muerte celular causada por enfermedades crónicas y reducir los daños provocados por el envejecimiento.

Adelantó que el trabajo, que aparecerá publicado en la revista científica PLoS ONE, esta en la experimentación en pequeños organismos para después hacerlo en ratones de laboratorio. Actualmente dijo que trabajan en una red de interacción genéticas con la lista de todos los genes relacionados con la longevidad de las células.

Destacó que este catálogo de combinación ayudará en un futuro clasificar el daño por proteínas, remoción de proteínas o estrés oxidativo, para que dentro de 20 o 25 años poder desarrollar un fármaco que inhiba la acción de un gen y disminuya el envejecimiento.

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