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jueves, 27 de febrero de 2020

Los ojos más grandes del reino animal.

Enviado por Joanny Aguirre Pineda
Architeuthis es un género de cefalópodos del orden Teuthida conocidos vulgarmente como calamares gigantes. Se han propuesto hasta ocho especies,​ aunque algunos grupos científicos defienden que solamente existe una.

Los ojos más grandes pertenecen al calamar gigante (Architeuthis dux). Ya que, los ojos, de estos imponente animales marinos, pueden llegar a medir hasta 30 centímetros de diámetro. Esto es mayor a un balón de basquetbol que tiene alrededor de 24 centímetros de diámetro.

Esto es sumamente grande porque, en comparación, los ojos de las ballenas no miden más de nueve centímetros de diámetro.

Por otro lado, según una investigación genética llevada a cabo en el año 2013, Architeuthis dux es la única especie de calamar gigante. Los genetistas, para saberlo con certeza, compararon el ADN de 43 ejemplares de diferentes partes.

Este molusco, que habita en las profundidades marinas, entre los 250 y los 1,500 metros bajo la superficie, no cuenta con mucha luz. Por lo que, sus ojos le sirven para detectar a su depredador natural, el cachalote, desde una distancia mayor, dándole tiempo para escapar o usar sus tentáculos para defenderse y salvarse.

lunes, 24 de febrero de 2020

El pangolin y el coronavirus

Enviado por 

Jovanna Alpizar Figueroa

El pangolín, un pequeño mamífero conocido por sus escamas y amenazado de extinción, podría ser un animal clave en la transmisión al hombre del nuevo coronavirus, que ya ha provocado la muerte de más de 600 personas en China. 

Investigadores de la Universidad de Agricultura del sur de China: Identificaron al pangolín como un posible “huésped intermedio” que facilitó la transmisión del virus, dijo la universidad en un comunicado, sin dar más detalles.

Un animal que alberga el virus sin estar enfermo y puede transmitirlo a otras especies se llama reservorio. En el caso del nuevo coronavirus se trata probablemente del murciélago. Según un estudio reciente, los genomas de este virus y los que circulan en este animal son idénticos en un 96%, pero el virus del murciélago no puede fijarse en los humanos receptores y debe sin duda pasar por otra especie para adaptarse al hombre, lo que se llama “huésped intermedio”. Después de haber estudiado 1.000 muestras de animales salvajes, los científicos determinaron que los genomas de las secuencias de virus estudiadas en el pangolín eran en un 99% idénticos a los de los pacientes infectados por el coronavirus de Wuhan 

El pangolín ha sido un animal muy usado en la medicina tradicional china. Ahora, paradójicamente, unos científicos lo sitúan en el origen de la epidemia por coronavirus que ha matado a 636 personas en China y se ha convertido en alerta mundial.

Científicos de la Universidad de Agricultura del Sur de China han presentado los resultados de un estudio según el cual el pangolín es la fuente potencial del coronavirus 2019-nCoV. Llegaron a esa conclusión al comparar el genoma de los coronavirus que infectan a estos animales con los virus aislados de las personas infectadas en este brote.

Siempre según estos investigadores, las secuencias genómicas eran un 99% idénticas. “Es el huésped intermedio más probable”, han afirmado en alusión a que podría ser el eslabón que conectó al murciélago -reservorio habitual de los coronavirus – con el hombre.

“Este último descubrimiento tendrá un gran impacto en la prevención y control del origen (del virus)”, continúan estos científicos en una nota publicada en la web de la universidad.

En investigaciones anteriores, que cuentan con amplio respaldo de la comunidad científica, se ha propuesto, también tras cotejar secuencias genéticas de los virus, que el coronavirus procede del murciélago Rhinolophus affinis, una especie típica de la provincia china de Yunnan.

Pero faltaba el animal intermedio que ha permitido que el virus llegue al hombre desde el murciélago. Hace un mes, otros científicos de Pekín sugirieron que el origen podría estar en la serpiente, pero esa hipótesis ha quedado diluida a la luz de nuevas investigaciones.

Antes de que se apuntara públicamente al pangolín, la sombra de la sospecha ya caía sobre el animal. Los primeros casos del coronavirus aparecieron vinculados al mercado en la ciudad de Wuhan, donde habitualmente hay puestos de animales salvajes.
Pangolín

Este mamífero escamoso es una especie protegida, pero sigue comerciándose con él de forma ilegal, pues su carne resulta muy apreciada, así como sus escamas, que sirven de base en supuestas terapias para la artritis o ciertas enfermedades de la piel. Y eso que las leyes chinas penan su venta con cárcel.

La comunidad científica internacional espera ahora que estas conclusiones se refrenden con datos, puesto que los investigadores chinos se han limitado a exponer el hallazgo a los medios, sin aportar evidencias importantes, como, por ejemplo, de dónde han aislado los virus en el pangolín.

lunes, 17 de febrero de 2020

Genero coronavirus (I)

Los coronavirus son virus ARN implicados en una gran variedad de enfermedades que afectan a los seres humanos y animales. En los humanos pueden causar el catarro común y la gastroenteritis en lactantes. Son muy difíciles de cultivar en laboratorio por lo que son pocos los que se han logrado caracterizar y estudiar con profundidad. El coronavirus fue aislado por primera vez en pollos en 1937, por Beaudette y Hudson. 

Después del descubrimiento del rinovirus en la década de 1950, más del 50% de los resfriados todavía no podía ser atribuida a agentes conocidos. En 1965, Tyrrell y Bynoe emplearon cultivos de tejido ciliado embrionario de tráquea humana para reproducir el primer coronavirus in vitro. Hoy se conocen aproximadamente 13 especies de esta familia, algunos de los cuales infectan a los seres humanos. También existen coronavirus de bovinos, cerdos, roedores, gatos, perros y pájaros. 

Los coronavirus son esféricos con un tamaño aproximado entre 80 y 220 nm de diámetro. Tienen una nucleocápsida helicoidal de 9 a 11 nm de diámetro y genoma de ARN de cadena única lineal y de sentido positivo. Estos virus poseen el genoma de mayor tamaño y son altamente infecciosos cuando se introducen dentro de células eucariotas. Se replican en el citoplasma, maduran en el retículo endoplasmático y el aparato de Golgi, y salen por gemación. 

Poseen glicoproteínas distribuidas en la superficie de la capa externa de la envoltura, dándole aspecto de corona (de ahí el nombre). Algunos tienen una tercera prolongación (hemaglutinina-esterasa) que asemejan espigas grandes, en forma de raqueta o pétalo. 

Los coronavirus se clasifican según la morfología, estrategia de replicación del ARN, organización del genoma y homología de la secuencia de los nucleótidos. Familia Coronaviridae 
Género Torovirus 
Género Arterivirus 
Género Coronavirus con 3 grupos serológicos: cepa 229E (afecta humanos, animales domésticos y roedores) cepa OC43 (afecta humanos, animales domésticos y roedores) otra (provoca bronquitis infecciosa aviar)

Enfermedades provocadas por coronavirus
Estos virus muestran tropismo selectivo por células epiteliales de los aparatos respiratorio y gastrointestinal. Por ello las enfermedades que producen son básicamente respiratorias y gastrointestinales, pero también se han visto coronavirus involucrados en hepatitis, peritonitis, nefritis, pancreatitis, parotiditis, adenitis, infecciones neurológicas y problemas inmunológicos.

Los tipos de coronavirus que afectan al género humano son particularmente difíciles de aislar y se desarrollan en líneas celulares seleccionadas. Existen tres grupos de coronavirus; los grupos 1 y 2 son predominantes en los mamíferos y el grupo 3 sólo afecta a las aves. Estos virus se asocian a una variedad de patologías, tanto en humanos como en animales, incluyendo cuadros enterales y enfermedades infecciosas respiratorias.

Mientras que los coronavirus que afectan otros animales pueden causar enfermedades graves, las cepas humanas por lo general sólo causan enfermedades leves (con raras excepciones de neumonías asociadas a este virus en niños).

Hasta el momento, solo el SRAS-CoV y el MERS-CoV se asocian a una alta incidencia de letalidad y mortalidad entre los humanos.

La infección por el nuevo coronavirus identificado en China a finales del 2019 se encuentra bajo vigilancia.

jueves, 13 de febrero de 2020

Mariposa monarca

La mariposa Monarca (Danaus plexippus) es reconocida internacionalmente por su fenomenal migración.  La migración de estos pequeños insectos, de medio gramo de peso, comprende gran parte de norte América y es un fenómeno maravilloso y muy complejo. Es una de las migraciones más largas y numerosas en el mundo de los insectos y además, la generación migratoria (los mismos individuos) hace el recorrido de ida y vuelta. Y a diferencia de las migraciones de aves, tortugas y ballenas, las mariposas Monarca nunca antes han estado en sus sitios de hibernación.

Ciclo de vida

Como todas las mariposas, la Monarca tiene un ciclo de vida breve que pasa por una impresionante metamorfosis. Para la primera etapa las hembras ponen sus pequeños huevos blancos en las hojas de los algodoncillos (Asclepias spp.). Cada hembra pone alrededor de 400 huevos, de dos milímetros de tamaño, individualmente (no en grupos) en la parte inferior (envés) de las hojas de las plantas. Después de cuatro a ocho días nacen unas diminutas orugas de rayas blancas, negras y amarillas que se alimentan vorazmente de las hojas del algodoncillo.
Después de nueve a quince días, la oruga busca un sitio escondido entre los arbustos y una vez colgada de cabeza, rompe su piel y por debajo la nueva piel se endurece en una verde crisálida. Dentro de la crisálida sucede una de las transformaciones más espectaculares del mundo animal. El cerebro, el corazón y el aparato digestivo de la oruga se modifican, al tiempo que se desarrollan músculos, ojos compuestos, tres pares de patas y dos pares de alas. Al pasar dos semanas, la crisálida se transparenta, se rompe y emerge un nuevo adulto.
Este ciclo de vida dura aproximadamente un mes y puede acelerarse o alentarse de acuerdo a las temperaturas del ambiente. Sin embargo, a mediados de agosto en las latitudes de Canadá y Estados Unidos, baja el ángulo de la luz del sol, bajan las temperaturas y se acortan los días. La generación que nace en esta época influenciada por los cambios ambientales es distinta a todas las generaciones anteriores. Retrasará su reproducción y vivirá hasta 9 meses, tiempo suficiente para viajar al sur (2 meses), pasar cinco meses en México o California y regresar hacia el norte. Esta generación es conocida como "Matusalén" por su longevidad.
En México, la mariposa Monarca se encuentra en la categoría de riesgo como Sujeta a Protección Especial por la Norma Oficial Mexicana 059.

Otras especies parecidas

La mariposa Monarca pertenece a la familia de las mariposas patas de cepillo (Nymphalidae). Estas mariposas son de mediano tamaño y se reconocen porque uno de sus pares de patas es corto y parecen cepillos. Si las observamos veremos claramente dos pares de patas y el tercer par es más difícil de ver.
Hay algunas especies muy parecidas a la mariposa Monarca, la mariposa Reina (Danaus gilippus), la mariposa soldado (Danaus eresimus) y la mariposa Virrey (Limenitis archippus).

Hábitat

El hábitat de la mariposa Monarca cambia radicalmente durante su ciclo anual. En Canadá y Estados Unidos frecuenta pastizales, zonas abiertas, jardines y en menor grado bosques. En México su hábitat más importante es el bosque y con mucho menor frecuencia los desiertos y matorrales.

Alimentación

Los algodoncillos (Asclepias spp.), también conocidos como venenillos, son el principal alimento de las orugas de la mariposa Monarca. Estas plantas producen sustancias tóxicas (Glicósidos cardiácos) que disminuyen la voracidad de sus depredadores. Sin embargo, las orugas de la Monarca, asimilan estas sustancias y las depositan en su piel, convirtiéndose a su vez en tóxicas y protegiéndose de esta forma de un gran número de depredadores. Las mariposas adulto también se alimentan del néctar de los algodoncillos.
Existen alrededor de 130 especies de algodoncillos (Asclepias spp.) de las cuales como 70 crecen en Canadá y Estados Unidos y el resto en México y centro América. Los algodoncillos son plantas oportunistas, crecen en zonas perturbadas, a lo largo de las carreteras y en campos de cultivo y son consideradas malezas que compiten con las plantaciones agrícolas.
Al parecer el algodoncillo común (Asclepias syriaca) es una de las principales fuentes de alimento de las orugas en Norte América y en particular de la generación "matusalén".  En México una de las especies más importantes es el algodoncillo (Asclepias curassavica).
La mariposa Monarca visita una gran variedad de plantas melíferas (productoras de néctar) nativas como Cempasuchil (Tagetes erecta), Cempasuchil de campo (Tagetes tenuifolia), Anisillo (Tagetes lucida), y Cinco negritos (Lantana cámara).

Depredadores y parásitos

A pesar de que tanto orugas y adultos de la Monarca son tóxicos, hay algunos depredadores que pueden alimentarse de ellas. El bolsero tunero (Icterus parisorum) y el bolsero de dorso oscuro (Icterus abeillei) selectivamente se alimentan de los músculos del tórax y de la grasa abdominal sin comerse la piel tóxica. Por su parte, el picogordo tigrillo (Pheucticus melanocephalus) es menos selectivo y se come a la mariposa completa.  También los ratones de campo de orejas negras (Peromyscus melanotis) que viven debajo de las colonias pueden alimentarse de mariposas Monarca muertas.
Uno de los principales parásitos de la mariposa Monarca es un protozoario (Ophryocystis elektroscirrha). Este parásito ampliamente distribuido en Norte América afecta la sobrevivencia de las mariposas.

Importancia ecológica

Durante su etapa de oruga la mariposa Monarca es un importante herbívoro que se alimenta vorazmente del varias especies de algodoncillo (Asclepias sp.). Durante la etapa de adulto, la mariposa se alimenta de néctar y pasa de ser un herbívoro a ser un importante polinizador. Millones de mariposas Monarca viven en Norteamérica y además a través de su migración mueven el polen de las plantas con flores, promoviendo así la diversidad genética de las plantas. Finalmente, a pesar de que tanto orugas como adultos son tóxicos, hay algunos depredadores y parásitos que no les hacen el feo.